Érase una vez un hombre que vivía muy cerca de un importante cruce de caminos. Todos los días a primera hora de la mañana llegaba hasta allí donde instalaba un puesto en el cual vendía bocadillos que él mismo horneaba.

Como padecía sordera y su vista no era muy buena, no leía la prensa ni veía la televisión pero eso si… vendía exquisitos bocadillos.

Meses después alquiló un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente seguía pregonando su mercancía, gritando a todo pulmón: ¡Compre deliciosos bocadillos calientes! Y la gente compraba cada día más y más.

Aumentó la compra de materia prima, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día. Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió llamar a su hijo, un importante empresario de una gran ciudad, para que lo ayudara a llevar el negocio.

A la llamada del padre su hijo respondió: ¿Pero papá, no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves la televisión? Este país está atravesando una gran crisis, la situación es muy mala, no podría ser peor.

El padre pensó: ¡Mi hijo trabaja en una gran ciudad lee los periódicos y escucha la radio, tiene contactos importantes… debe saber de lo que habla!
Así que revisó sus costos, compró menos pan y disminuyó la compra de cada uno de los ingredientes, dejando de promocionar su producto.
Su fama y sus ventas comenzaron a caer semana a semana.
Tiempo después desmontó el letrero y devolvió el terreno.
Aquella mañana llamó a su hijo y le dijo:
-¡Tenías mucha razón, verdaderamente estamos atravesando una gran crisis!



¿Cuántas veces al día tomamos decisiones en función del entorno? ¿Cuántas veces hemos dejado de actuar por el que dirán? o ¿Cuántas veces hemos pensado que podíamos haberlo logrado si nos hubiéramos dejado llevar por el instinto?

La historia de «El fabricante de bocadilllos» no es una historia para cometer locuras, para ser un inconsciente o para no hacer caso al entorno. Es una historia para tomar decisiones personales, para ser autoeficiente en nuestra vida personal y empresarial y para «actuar» más que para «decidir actuar».

Robert Frost en » El camino no elegido» ya nos invitaba a coger el camino menos transitado. Nos invitaba a coger esa opción de vida personal o empresarial que nos iba a hacer diferentes y que marcaría la diferencia. La diferencia en nuestros negocios y la diferencia en nuestra vida personal.

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,Y apenado por no poder tomar los dosSiendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pieMirando uno de ellos tan lejos como pude,Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,Y habiendo tenido quizás la elección acertada,Pues era tupido y requería uso;Aunque en cuanto a lo que vi allíHubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiroDe aquí a la eternidad:Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,Yo tomé el menos transitado,Y eso hizo toda la diferencia.

De la «historia del fabricante de bocadillos» se pueden sacar algunas pautas para poder enfrentarse mejor a los retos y poder llegar más fácil a nuestras metas personales:

1- Se lo más «autoeficiente» posible.
Debes darle mucha más importancia a tus decisiones que al que dirán. Si das más peso al que dirán penalizarás tus propias decisiones y tendrás más frenos de los que deberías. La eficiencia es un valor importantísimo para la gestión de los objetivos empresariales y personales pero mucho más importante es la «autoeficiencia», es decir, ser eficiente donde la mayor parte de los recursos sean recursos propios.

2- Valora el entorno pero toma tus propias decisiones.
Es importante en el desarrollo de cualquier actividad tener en cuenta el entorno. Ver, interpretar y analizar lo que ocurre a nuestro alrededor nos ayudará a tomar decisiones. Esto no hay que confundirlo, con que lo que ocurre a mi alrededor sea lo que me tiene que ocurrir a mí. Es importante tomar a veces decisiones personales más allá de lo que ocurra en el entorno. A veces además las decisiones más contrarias al entorno son las que mejores resultados reportan.

3- No seas uno más. Se diferente.
Cuando actuamos además en dirección contraria a lo que hacen los demás estamos abriendo puertas fantásticas a que nos ocurran cosas diferentes a los demás. Por otro lado, también logramos sin quererlo fortalecer con creces nuestro carácter diferenciador, ese valor tan difícil de copiar. Cuando hagas algo, intenta diferenciarte siempre de los demás.

Al final, igual que en la historia, pregúntate ¿Que dejas de hacer en tu día a día porque no lo hacen los demás o porque escuchas que no es lo adecuado de realizar? o ¿Cuántas cosas haces diferentes al resto de empresas o al resto de personas conocidas de tu entorno»

Si no generas cambios en tu vida, nada te cambiará. Empieza a escoger caminos poco transitados y a tomar tus propias decisiones independientemente del entorno y del qué dirán.

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