Todos queremos resultados ya. Todos buscamos el beneficio empresarial en el corto plazo. Muchos tenemos la semana como si fuera esa medida de tiempo el largo plazo. Y muchas personas son las que sólo se plantean metas si éstas se pueden conseguir de forma superrápida.
Pero la verdad es que no hay ningún gran objetivo que se consiga de forma inmediata. Todo lo que es grande se debe cocinar a fuego lento. Si en el ámbito personal te estás planteando un cambio de casa y ubicación importante eso no se consigue de hoy para mañana. Si en el ámbito deportivo te estás planteando una carrera de larga distancia, eso no se consigue en unos días. Y si en el ámbito empresarial estás esperando aumentar tu cuota de mercado eso no se consigue en unas semanas.
Es evidente que los grandes objetivos requieren tiempo y durante ese tiempo se requiere esfuerzo y pasión para obtener el resultado.
A mi me suele gustar contar en mis conferencias que lo más duro no es trabajar mucho para conseguir aquello que deseamos. Lo más duro no es invertir parte de nuestro tiempo y patrimonio personal en aquello que deseamos obtener o que lo más duro no es invertir en nuevos proyectos dentro del ámbito empresarial, sino que lo más duro es seguir trabajando sin perder el objetivo a pesar de no ver absolutamente ningún resultado.
A pesar de ser muy conocido, me encanta lo que la naturaleza nos enseña en estos aspectos, y en concreto esto nos lo enseña claramente la plantación, cuidado y crecimiento del bambú.
Si preparas un terrero fértil con las condiciones adecuadas y en el entorno adecuado para la plantación del bambú, podrás empezar a trabajar para plantar y cuidar el bambú y pensar así que podrías cosechar bambú en el corto o medio plazo. Sin embargo la realidad es bien distinta.
La realidad es que aunque decidas plantar, cuidar y trabajar todos los días para poder recolectar algún día bambú, no verás ningún resultado a pesar de tu trabajo y esfuerzo durante el primer año. Tampoco verás ningún resultado en el segundo, tercer o cuarto año. E incluso no obtendrás ningún resultado a pesar de ser ya un experto durante estos cuatro primeros años en el cuidado del bambú ni en el quinto o sexto año. Será a partir del séptimo año cuando empezarás a ver como en tan sólo siete semanas el bambú crece hasta alturas de más de treinta metros.
¿Cómo es posible? ¿magia?. Pues no, las semillas de bambú se han estado preparando y desarrollando bajo tierra durante más de siete años para generar un poderoso entramado de raíces que sean capaces de generar a futuro bambú de una altura tan desorbitante. Podríamos decir que la persona que planta bambú sabe que no va a obtener ningún resultado a corto plazo pero a pesar de ello sabe que debe seguir trabajando para obtenerlo y que además cuando crezca lo obtendrá en muy poco tiempo.
Muchos de nosotros no recolectamos bambú porque no vemos el bambú durante mucho tiempo y queremos obtener bambú a corto plazo. Al final optamos por plantar otras cosas que no deseamos pero que nos den resultado a corto plazo.
Sobre todo ello me gustaría destacar algunas ideas clave que te permitan perseguir tus grandes sueños sin decaer en el intento:
1- Fíjate parámetros que te indiquen que estás avanzando de forma correcta.
Muchas veces lo más importante para llegar a obtener resultados es fijarte algunos parámetros que indiquen que estás trabajando de forma correcta para conseguir los mismos.
Lo difícil es determinar que acciones de las que realizo habitualmente pueden ser indicadores de que voy por el buen camino, ya que no existe ningún indicador de resultado, por pequeño que sea, que me indique que estoy trabajando en la dirección correcta.
2- Ante las dudas, continúa.
Esto es para mí lo más importante. Vas a pasar, sí o sí, periodos de dudas donde vas a querer dejarlo todo y donde vas a querer olvidarte de tus metas. Habrá momentos donde la inversión tanto económica como de tiempo te pesará más de lo que crees y dónde las necesidades personales o empresariales del día a día se harán presentes para que les dediques más tiempo a ellas.
Es en este punto donde  más confianza debes tener en tí mismo y donde más fortaleza debes tener para seguir trabajando y seguir invirtiendo tiempo y dinero a pesar de no ver ningún resultado.
3- No cambies de objetivos por no ver resultados.
Al no ver resultados en el corto plazo y tener que cubrir las necesidades del día a día se te pasará por la cabeza poner el foco en otros objetivos que si te den algunos resultados a corto plazo aunque no sean los que tu deseas.
Cuanto menos te desvíes de tu objetivo más probabilidades tendrás de alcanzarlo.
 
4- Los resultados aparecen cuando menos te lo esperas.
Al final son muy pocas las personas que se fijan estos objetivos a largo plazo sin ver resultados por el camino.
Cuando estas personas alcanzan sus metas, normalmente los resultados no vienen con cuentagotas sino que vienen de golpe. Esto no es por magia, sino por el largo periodo donde se ha estado trabajando por establecer unos cimientos sólidos.
Tendemos además a catalogar a estas personas o empresas con la suerte que han tenido en vez de con el trabajo sin ver resultados que han realizado.
Ahora mira hacia tu pasado y pregúntate ¿Cuántas veces has dejado de trabajar por algo que deseabas por no ver resultados en el corto plazo?
Si te has visto en esa situación, no te preocupes. Es en el presente donde se dibuja tu futuro y es por ello que puedes empezar de nuevo desde ya para trabajar pot tu bambú, por tus sueños y no decaer en el intento a pesar de no ver las raices.